VALENCIA DE JESÚS, es Actualmente un corregimiento del municipio de Valledupar, capital del departamento del Cesar;
fue fundado por primera vez en las sabana del Ariguaní y Ariguanisito posteriormente trasladada a la sabana de los
indígenas Poponíes, donde se realizó una segunda fundación por el Capitán Antonio flores de Suarez en el año de 1590
aproximadamente; su primer nombre fue: Valencia del Dulce Nombre De Jesús; en honor de Valencia España y del Señor Jesucristo.
Al ser desplazados por la hostilidad de los indígenas Chimilas, se le dio nombre de Pueblo Nuevo de Valencia Del Dulce Nombre
de Jesús; el anterior pueblo se le llamó pueblo viejo (hoy Pueblo Bello).
En su segunda fundación fue más importante que el mismo Valledupar, existiendo en él un tribunal adscrito al de la
inquisición de Cartagena de Indias, con su respectiva casa de perdón, de la cual existe aún La Cruz Gomada; dicho tribunal
solo existió en Valencia de Jesús; fue una de las 7 ciudades de la Gobernación de Santa Marta.
De las dos capillas y el Convento solo existe una que fue erigida Monumento Nacional por la antigua oficina de Monumentos
Nacionales, en 1992 año en el cual fue restaurada.
Valencia fue también uno de los más importantes centros religiosos de la región de la Comunidad de los Dominicos que impuso la fe cristiana de los indígenas.
La parroquia de Valencia de Jesús, entonces limitaba al norte con Valledupar, Azúcar Buena, al oeste con el río Garupal,
al sur con el Espíritu Santo entre el río Cesar, hasta un lugar llamado Alto de Minas.
Durante el movimiento de independencia en el siglo XIX, Valencia fue considerado un pueblo con una potente base de aristócrata
habitantes propietarios de grandes haciendas. Después de la revuelta en Valledupar contra el español monárquico autoridades;
Valencia de Jesús del lado del Rey de España,Fernando VII y organizado enfrenta el pueblo de Valledupar, que los derrotó.
Después de la independencia el pueblo fue degradado y se ha añadido a Valledupar.
Respecto del templo, el único existente de los tres edificados en la colonia. Fue construido en a finales del siglo XVII
la parte inmueble y la muebles se inicia en el XVIII encontrándose referencia en el retablo mayor; 1700, en el retablo
de la Purísima 1758, en el dorso de la imagen de la Virgen Dolorosa 1758 y en el arco toral 1792. Según tradición oral
los retablos de la Purísima, la dolorosa y el Nazareno fueron financiados por una señora española apodada Casilda,
quien era propietaria de una minas de oro y plata, concuerda este dato con el Alférez Nicolás de La Rosa con
Manuela Manuacelli, y con Luis Strifler; dicha señora devotamente asistía todos los años a lomo de mula,
por el camino llamado de los antiguos a Santa Marta, a la Iglesia de San Francisco para venerar en cada Semana Santa
a la imagen de Jesús Nazareno; al entrar en avanzada edad ya no pudo seguir con su devoción y mando a tallar una imagen
de Jesús Nazareno símil al de su veneración en Santa Marta, con su camarín; del mismo modo costeó la imagen de la Purísima,
dicho retablo se construyó en 1758 como ya se anotó; en el mismo año fue tallada la virgen de los dolores, de los cuales
se desconoce su mecenas.
Alrededor de estas imágenes se iniciaron las procesiones de Semana Santa, las que fueron tomando importancia rápidamente,
siendo la tradición semanasantera más antigua de la comarca donde aún se conservan los ritos antiguos celebrados a la usanza
del Concilio de Trento; ritos estos que se mantienen casi intactos por la Curia Diocesana y la Hermandad de Jesús desde su
creación; ritos tales como: la Ultima Cena de Jesús, la confortación del Ángel, la sentencia de Pilatos, el beso de Cruz
con sus tres genuflexiones, la escenificación del momento de la muerte de Cristo, con tinieblas, temblor de tierra y
rompimiento del velo del templo; así como también el descendimiento de la imagen del Cristo por José de Arimatea y Nicodemo,
la profesión de Fe y el canto de los improperios en latín en la procesión del Santo Entierro, el velatorio del Santo sepulcro
con el rezo de los 40 Credos, y las cortesías genuflexas entre las imágenes de la virgen María y Jesús Resucitado.
Para garantizar la perpetuación de esta fiesta, por lo menos en la transmisión de la tradición oral, se ha creado recientemente
las procesiones de los niños en la que estos van aprendiendo la mística y los pormenores de la tradición, para que alcanzada
la edad reglamentaria conformen las filas de la hermandad y la mantengan siempre nueva y viva dentro de su antigüedad,
y al mismo tiempo sea cada vez más grande el grupo de personas que conocen y manejan los pormenores de tan sublime legado.
Se realizaron imágenes replicas con sus respectivos pasos y se están adoctrinando en la forma de carga y movimientos
ceremoniales a la usanza de Trento.